Aprobada la nueva Ley de Residuos que incluye el Sistema de Retorno de envases al comercio
La Unión Europea impuso hace más de una década que todos sus miembros debía reciclar en 2020 el 50% de sus residuos municipales. Pero en 2020, España estaba en el 36%, según los datos de Eurostat. Lejos de aflojar, Europa ha establecido metas aún más duras y en 2030 se deberá llegar al 60% y en 2035, al 65%. La nueva Ley de Residuos, publicada en el BOE del 9 de abril de 2022 (VER AQUÍ), debiera servir para enderezar el rumbo. Las organizaciones ecologistas, sociales y de personas consumidoras llevamos años batallando por potenciar la prevención de residuos, la reutilización y el reciclaje, y denunciando la pasividad de las administraciones ante un problema tan grave como es el de los residuos que nos devoran.
Por ello, una de las mejores medidas que incluye la nueva Ley de Residuos es la puesta en marcha a medio plazo de un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) de envases al comercio, lo que conocíamos como “devolver el casco”, como existe en más de 40 países y regiones de todo el mundo, consiguiendo objetivos de recuperación de envases y latas por encima del 90% de los generados.
Otro de los logros que se ha conseguido es la erradicación de 10 utensilios de plástico de un solo uso como pajitas, cuberterías de plástico, bastoncillos de los oídos, etc. También es muy positivo poder disfrutar por fin de agua del grifo en bares y restaurantes, y que no tengamos que consumirla embotellada.
Antes de que acabe 2023 los supermercados de más de 400 metros deberán dedicar al menos el 20% de su superficie a la venta de productos sin embalaje, es decir, a la venta de productos a granel. Además, todos “los establecimientos de alimentación que vendan productos frescos y bebidas, así como alimentos cocinados, deberán aceptar el uso de recipientes reutilizables”.
Asimismo, la Ley de Residuos aprobada establece que “estará prohibida la utilización de disruptores endocrinos, ftalaltos y bisfenol A, en envases“. Diversas entidades sociales apoyaban esta iniciativa (médicos, científicos, Rezero, Amigos de la Tierra, Surfrider España y Hogar sin Tóxicos), que reclaman arrinconar tales sustancias químicas. “Estos compuestos no provocan toxicidades agudas; no producen efectos adversos inmediatos; pero sí una toxicidad crónica como resultado de pequeñas dosis diarias de una sustancia química”, dice Ethel Eljarrat, investigadora del instituto Idaea-CSIC.
La norma también prohíbe que se destruyan los “excedentes no vendidos de productos no perecederos tales como textiles, juguetes o aparatos eléctricos”. Y añade: “Dichos excedentes se destinarán en primer lugar a canales de reutilización, incluyendo su donación, y cuando esto no sea posible, a la preparación para la reutilización”.
Otro tema importante es el de la fiscalidad verde. Se tendrá que pagar un canon a nivel estatal por las actividades de vertido y la incineración de residuos para intentar desincentivar estas dos técnicas que son las que mayoritariamente se están usando en nuestro país para gestionar los residuos. Esta medida de gravar el depósito de residuos en los vertederos y la incineración surge de una recomendación que la Comisión realizó a España en 2018 ante las bajísimas tasas de reciclaje que tiene el país.
Así mismo, en los artículos 24 y 25 de la nueva Ley de Residuos se establece que “Las autoridades competentes, en sus respectivos ámbitos, promoverán el reciclado de alta calidad, de forma que se obtengan productos y materiales con calidad suficiente para sustituir a las materias primas vírgenes en procesos industriales”. “Para facilitar la preparación para la reutilización y el reciclado de alta calidad”, las entidades locales establecerán la recogida separada de papel, metales, plástico y vidrio; los restos de comida (biorresiduos) de origen doméstico en todos los municipios antes del 31 de diciembre de 2023 y los residuos textiles y los aceites de cocina usados antes del 31 de diciembre de 2024.
Lo mejorable según diversas organizaciones ecologistas y sociales como Greenpeace es que “que la ley tiene algunos puntos negativos y ha dejado pasar oportunidades importantes como tener objetivos ambiciosos de reducción. Sí se habla de reducción, como en todas las leyes, pero son pasos pequeños dada la gravedad de la situación que tenemos ahora mismo de contaminación por estos residuos a nivel estatal y mundial.
No hay soluciones mágicas para salvar el planeta de los residuos que nos devoran, pero todas las personas consumidoras podemos aportar nuestro grano de arena para reducir la generación de residuos y favorecer el reciclaje, mediante la separación en el hogar y el deposito en el contenedor correspondiente. Es lo mínimo que podemos hacer para no degradar nuestro medio ambiente.