Iberdrola sigue reforzando sus órganos de dirección con la presencia de antiguas ministras y ministros, con el objetivo de mantener su poder en el oligopolio eléctrico y blindar sus beneficios extraordinarios por cobrar toda la electricidad al precio de la más cara de producir, la sobrerretribución por transporte y distribución de electricidad y otras dádivas como el déficit de tarifa (sic) y los cobros por capacidad de respaldo, en total unos 11.000 millones de euros anuales «caídos del cielo» (ver aquí detalle de los peajes y subvenciones que recibe el oligopolio).
Las «puertas giratorias» las pagas tú
Isabel García Tejerina, extitular de Medio Ambiente del último gobierno de M. Rajoy, se sentará en el consejo de administración de Iberdrola junto a Ángel Acebes, exministro de Interior, Fátima Báñez, exministra de Trabajo y Antonio Miguel Carmona ex diputado autonómico. La incorporación de García Tejerina mediante la «puerta giratoria» del ministerio a la dirección de la eléctrica se suma a la de tres ex presidentes de Gobierno, más de 20 ministros y ministras y varias decenas de secretarios de Estado que están en la nómina de las tres principales empresas del oligopolio eléctrico (Iberdrola, Endesa y Naturgy) a las que secundan en su estrategia de dominio del sistema eléctrico EDP y las otras dos grandes energéticas, Repsol y Total Energies.
No nos cabe la menor duda que las «puertas giratorias» -mediante las cuales expolíticos se incorporan a la dirección de las eléctricas- vienen jugando una importante función en la creación del complejo entramado normativo puesto en marcha a partir de la Ley del Sistema Eléctrico (54/1997), aprobada por el Gobierno de José María Aznar, por la cual la electricidad pasó de ser un «servicio público» a un sistema de «oferta competitiva», de acuerdo con el cual a todas las centrales que hayan sido requeridas para funcionar -y con independencia del precio que se haya indicado-, se les pagará el precio solicitado por la instalación más cara que haya sido necesario poner en marcha . Es decir, todas las centrales que funcionen cobrarán lo que pida la más cara.
A ese perverso sistema de fijación de precios se suman los peajes y subvenciones que más arriba se han citado: sobrerretribución por transporte y distribución de electricidad, déficit de tarifa y los cobros por capacidad de respaldo, en total unos 11.000 millones de euros anuales que pasan del bolsillo de las personas consumidoras al capital de las cinco grandes empresas del oligopolio eléctrico.
SALIR DEL OLIGOPOLIO para lograr precios justos, democratizar el sistema eléctrico y reducir la dependencia exterior
Las seis grandes empresas que forman el oligopolio (Iberdrola, Endesa, Naturgy, Repsol, EDP y Total Energies) controlan el 70% de la producción, casi el 100% de la red de distribución y el 90% de la venta final de electricidad, una posición de dominio que para nada nos beneficia a las personas consumidoras. Las empresas del oligopolio han sido quienes más trabas han puesto durante años al desarrollo de las renovables, apostando por las Centrales de Gas que han incrementando nuestra dependencia de los mercados transnacionales. A la ciudadanía no nos interesa el enorme poder que tienen las seis empresas del oligopolio. La mayor parte de la ciudadanía cree que un buen sistema eléctrico debería conseguir un suministro fiable a un precio razonable al tiempo que minimiza el impacto ambiental, reduce la dependencia exterior, genera empleo y contribuye al despliegue de las tecnologías renovables. Para ello es importante dar el paso de contratar el servicio de electricidad con cooperativas y comercializadoras independientes y de esa forma modificar el actual statu quo favorable al oligopolio.
Una vez más, hay que recordar que lo que consumas, a quien se lo compres, es una apuesta por las empresas que quieres. En este caso, según a quién contratemos la electricidad votamos por las empresas del oligopolio que llevan décadas comprando expolíticos para manipular el mercado eléctrico y seduciendo con engaños a los consumidores, a fin de obtener beneficios obscenos, o votamos por cooperativas y comercializadoras independientes y contribuimos a reducir el dominio que ejerce ese oligopolio sobre el sistema eléctrico.
Tiempo atrás se hacía viral en las redes sociales un cartel de una comunidad de vecinos de la ciudad de Barcelona, en la que la presidenta informaba que el Ayuntamiento había puesto en marcha hace dos años una empresa municipal, Barcelona Energía, con la que la comunidad había contratado la electricidad de la escalera y el ascensor, y la diferencia de gasto en electricidad del 2020 con respecto al 2019 había sido un ahorro de 712 euros. Recomendado a las vecinas y vecinos hacer el cambio a nivel individual por tres razones: es pública (no se da dinero a empresas privadas que se lucran con un bien básico); tienen un servicio de asesoramiento que te ayuda a ahorrar y la electricidad que ofrece es de origen renovable. El mensaje de la presidenta de esta comunidad vecinal es fundamental: “SALIR DEL OLIGOPOLIO”.
No todo depende de los poderes públicos y del gobierno. TÚ DECIDES A QUIÉN CONTRATAS EL SUMINISTRO DE ELECTRICIDAD, hoy más que nunca, a quién contrates la luz es un acto tan político como votar: decides si quieres reforzar al oligopolio que te engaña y te tima o, por el contrario, apoyas a una cooperativa o una empresa independiente con compromiso social. En tus manos está aportar tu grano de arena para hacer un poco mejor nuestro país, nuestra sociedad y nuestro planeta.
¡Tú eres la Unión de Consumidores de Asturias!
Más información sobre cooperativas, comercializadoras y tipos de contratos en “Con la luz, las cosas claras”.