Lo que las personas consumidoras podemos ganar con la nueva discriminación horaria y las eléctricas perder

En la factura de la luz pagamos la generación de la electricidad, el margen para la comercializadora, el alquiler del equipo, los impuestos, y los peajes y cargos (que son los costes de las redes de transporte y distribución y otros costes como la gestión de los residuos nucleares o el transporte de la electricidad a las islas). La nueva tarifa de la luz lo que hace es distribuir estos últimos costes (los de los peajes y cargos) pero el monto total de estos es el mismo. De manera que en conjunto vamos a pagar lo mismo, pero el reparto de esta parte de los costes va a ser distribuida de otra manera.

 

Tres cosas buenas de consumir menos a las horas «punta»

Como informa Greenpeace, en su artículo sobre la nueva tarifa de la luz, consumimos electricidad y esta se produce de distintas maneras (producimos con carbón, gas, cogeneración, nucleares, hidráulica, renovables de todo tipo) y en cada hora del día la electricidad se genera con una mezcla de ellas y, por lo tanto, con distintos costes y con distintos impactos. Pero el precio que se paga en esa hora no es el resultado de aplicar sus costes, es el resultado que se obtiene en un mercado diseñado para que todos los ofertantes cobren por igual el precio más alto posible (sí has leído bien, les cueste lo que les cueste todos cobran como el que más), son los llamados BENEFICIOS CAÍDOS DEL CIELO. Es un mercado denominado «marginalista» que paga a precio de oro siempre a todos y el oro en el mercado eléctrico actual es el gas. Una prioridad para evitar el control y los abusos de precios por las cuatro compañías del oligopolio eléctrico hay que establecer una REGULACIÓN JUSTA DEL MERCADO ELÉCTRICO de forma urgente, mediante Real Decreto.

Si estamos en una hora de demanda alta, la generación también ha tenido que ser alta y se habrá necesitado a todas las energías: a las nucleares, las renovables… y el gas. Por lo tanto, esa hora se pagará a precio de oro. Si compramos a otras horas con precio más bajo (porque la nueva tarifa nos empuja a ello) conseguimos tres cosas buenas:

  1. comprar a precio más bajo,
  2. bajar la demanda de esa hora cara y consecuentemente hacer innecesario el gas y por lo tanto disminuir el precio marginal de la hora cara,
  3. y, también importante, evitar las emisiones de CO2 del gas, que contribuyen al calentamiento climático.

 

La importancia de tener la potencia contratada que se ajuste a nuestras necesidades

La nueva factura disminuye el peso de la potencia contratada en la factura y permite que tengamos dos potencias contratadas, además la nueva factura incorpora información que nos dirá la potencia que estamos necesitando realmente cada mes. Todo esto nos ayudará a disminuir nuestra factura, y a que los esfuerzos e inversiones en eficiencia se vean premiados. Para más información sobre estimación de la potencia, visita la web «Bájate la potencia«.

No volverse locos con la discriminación horaria

“Ahora hay que planchar a las tres de la mañana y poner la lavadora antes de que amanezca” dicen.

No es cierto: para la mayoría de las personas consumidoras, si se aprovecha la posibilidad de programación de muchos aparatos y si se cambian algunos hábitos, el precio total anual no tendría porque tener una gran variación y posiblemente si se utilizan los incentivos de la tarifa se pueden conseguir ahorros. Pero lo más importante es que estamos aprendiendo a gestionar nuestra demanda.

Volvamos a la lavadora. Todas las lavadoras de España (aproximadamente unos 18 millones), funcionando a la misma hora, estarían utilizando aproximadamente 45.000 MW durante los 40 minutos que dura el calentamiento del agua. Esta demanda horaria sería superior a toda la del sistema eléctrico y esto implica que:

  1. nuestras lavadoras juntas pueden tener más influencia en el sistema eléctrico que la industria electrointensiva,
  2. podemos poner la lavadora cuando al sistema eléctrico le venga mejor ya sea para mantener la seguridad de suministro, para aprovechar mejor las renovables, o para consumir con el precio más bajo del mercado y
  3. cuándo se pone la lavadora (o cualquier aparato programable) se llama “gestión de la demanda” y es fundamental para cambiar y mejorar el sistema eléctrico.
  • ¿A quién le viene mal esto? a las eléctricas, que pierden poder porque no serían ellas solas quienes manejan en sistema eléctrico; y la demanda agregada puede y debe jugar un papel para aportar flexibilidad al sistema.
  • ¿A quién le viene bien? a las renovables a las que podemos optimizar y acelerar su participación en el sistema, con los consiguientes beneficios económicos y ecológicos que implica. Y a la ciudadanía que aumenta su poder de decisión y de influencia en cómo ha de ser y funcionar el sistema eléctrico, usando la fuerza de la demanda.

 

La importancia de bajar el IVA a la luz y ampliar el Bono Social

No olvidemos que los elevados precios de la luz sí nos perjudican y en especial a las personas más vulnerables porque no tienen aparatos programables, porque no tienen dinero para mejorar la eficiencia de sus hogares, porque la factura eléctrica (con una tarifa u otra) va a llevarse una parte enorme de sus escasos o nulos ingresos, y el problema no es la tarifa sino la precariedad y todo esto es lo que tenemos que corregir con ayudas públicas. Es fundamental bajar el IVA de la electricidad dado su carácter de bien básico y modificar el Bono Social eléctrico para que beneficie a muchas más personas y hogares, y se aplique de forma automática a todas las personas beneficiarias.

Para las personas que no estamos en situación de precariedad el precio de la luz también nos importa.

 

¡Tú eres la Unión de Consumidores de Asturias!

 

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