Según una información del periódico NORTES, la empresa que gestiona el agua en Oviedo, AQUALIA, ha reconocido haberle cargado al ayuntamiento casi 2 millones en gastos indebidos entre 2016 y 2018. Ya cuando se privatizo la gestión del agua en Oviedo siendo Alcalde Gabino de Lorenzo, «los críticos con la privatización argumentaban que, al dejar la gestión del agua en manos de una empresa, el ayuntamiento renunciaba al control de un recurso estratégico con beneficios asegurados. Asimismo, alertaban sobre el incremento del precio que podría suponer la privatización del agua».
En efecto, además de las arcas públicas, según informa NORTES, también las economías familiares han pagado la factura de la privatización. Entre 1996 y 2018, según datos del ayuntamiento, el precio del agua se duplicó en Oviedo, si bien el 57% de esa subida se debe al IPC acumulado. Pablo García, sociólogo de la Unión de Consumidores de Asturias, citando el «Estudio comparativo sobre las tarifas del agua en 20 concejos asturianos» elaborado por la asociación en 2016, destaca varios aspectos importantes para entender la cuestión:
De los diez concejos con el precio del agua más caro, ocho son de gestión privada y dos de gestión pública; mientras que en los diez concejos con el precio del agua más barato la mitad son de gestión pública o municipal. Gijón y Mieres son los dos casos que siendo gestionada el agua por una empresa pública o por los servicios municipales tienen los precios del agua más elevados.
“Otro tema clave”, explica, “son los conceptos por los que se paga. Una cosa es lo que pagas por el agua que consumes, y otra cosa es el precio final. Ahí hay todo un entramado de conceptos que es lo denunciable”. El concejo de Llanera, donde la gestión del agua es privada, se cobran hasta siete tasas distintas que suponen el 76% del precio total de la factura. En Langreo, también con gestión privada del agua, se cobran seis; pero Castrillón, con el mismo régimen de gestión, solo tiene una, y Oviedo cobra dos.
Por último, es relevante la progresividad o regresividad de las tarifas del agua. «En Oviedo es regresiva, lo que quiere decir que a más consumo, menor es el incremento del precio del metro cúbico. Sin embargo en Avilés, que también es de gestión privada, la tarifa es progresiva: más consumo, mayor incremento del precio del agua. Desde el punto de vista de incentivar el ahorro de agua, y partiendo de un mínimo vital que tiene que estar cubierto, hay que penalizar los consumos derrochadores, que es lo que hacen las tarifas progresivas”.