La falta de cultura financiera unido a la insuficiente información previa que las entidades bancarias o financieras, dan al consumidor, hacen que desconozcamos qué significan y cuál es la repercusión de términos tan comunes en préstamos hipotecarios, personales, minicréditos o tarjetas de crédito.
Intentaremos explicar estos conceptos de una forma sencilla y clara con algunos ejemplos prácticos.
TIN (Tipo de interés nominal)
En esencia es el porcentaje fijo que nos cobra el Banco por prestarnos el dinero. Suele ser el dato más destacado en la publicidad o en las ofertas.
Aunque este tipo de interés, no tiene en cuenta:
-
Las comisiones o gastos que tiene que pagar el usuario.
-
Puede ser diario, mensual, trimestral, semestral o anual.
-
Sólo contabiliza el capital inicial.
Sin embargo, el tipo de interés más importante y el que debemos tener en cuenta para comparar el coste de un préstamo es la TAE.
TAE (Tasa Anual de Equivalencia)
La TAE es el indicador que más se ajusta a la realidad, siendo más adecuado para conocer el coste real de la operación y uno de los elementos clave para comparar ofertas.
Qué tiene en cuenta:
-
Las comisioines a pagar por el usuario (apertura, cancelación, amortización anticipada)
-
Los gastos de estudio, concesión
-
Interés aplicado al préstamo
-
Plazo de la operación
Desde 1990, el Banco de España obliga a todas las entidades financieras, por norma, a publicar la TAE en todas las ofertas de productos.
Simulador del Banco de España para calcular la TAE
Ejemplo práctico de compra financiada en Media Markt
Importe de compra: 3.050€
TIN: 17,95%
TAE: 19,50%
47 mensualidades de 90€ + última mensualidad de 56,24€
Total a pagar: 4.286,24€
¿Cuánto pagas de más? 1.236,24€
Segundo ejemplo práctico de compra financiada en el Corte Inglés
Importe compra: 600€
TIN: 0%
TAE: 7,21%
Gastos de gestión: 7€
Aplazamiento a tres meses sin intereses:
Cuota mensual: 202,41€
Total pagado: 607,23€
¿Cuánto pagas de más? 7,23€
Y, por último, nos centramos en el CER (Coste Efectivo Remanente)
Es el indicador que representa el coste efectivo correspondiente al tiempo que nos queda para la total amortización o devolución del préstamo, de forma que en su cálculo únicamente se tienen en cuenta los pagos pendientes hasta el vencimiento.
Además, a la hora de contratar un préstamo personal o una tarjeta de crédito, puede que nos oferten un Seguro de protección de pagos. Como su propio nombre indica, nos puede ayudar a pagar un préstamo en situaciones de desempleo o incapacidad temporal. Aunque hay que leer la letra pequeña y realizar cualquier pregunta que consideremos importante, antes de su contratación.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, pues además de tener que pagar una cuota mensual que encarecerá el préstamo, no siempre cubren realmente todas las situaciones que pueden darse ya que a veces hay periodos de carencia, o exclusiones específicas: baja voluntaria o jubilación, maternidad, enfermedades como depresión o stress.
Esperamos que os haya sido útil esta información, si tenéis más dudas antes o después de la contratación de un préstamo, podéis consultar con nuestro equipo jurídico, a través del formulario.
Noticias sobre sentencias que declaran la nulidad del préstamos y tarjetas de crédito por tener un tipo de interés usurario.
La Unión de consumidores, ¡Siempre a tu servicio!