Que España es uno de los países de la Unión Europea con el precio de la electricidad más caro, no es una sorpresa para nadie. Sin embargo, lo que es indignante son los motivos por los que el Gobierno «suaviza» esas subidas periódicas, coincidiendo en muchos casos, con el aumento del frío.
En los meses de invierno aumenta el consumo de energía, cuyo precio se ve afectado por los problemas en la oferta, especialmente, la derivada de las energías renovables. La preocupante sequía que padecemos, unido al escaso viento, ha provocado que se utilice menos la energía hidráulica y eólica, que son más baratas.
Por este motivo, se ha producido una mayor demanda de las plantas de gas o de ciclo combinado que son más caras en general, a lo que hay que añadir que España no cuenta con gas propio, sino que tiene que importarlo.
En España, los costes de las renovables se cobran directamente a las empresas, mientras que en otros países se fija un impuesto específico, por eso es el país más caro junto con Bélgica e Irlanda, sin impuestos y con impuestos. El problema es que ha repercutido en la factura de los hogares elementos que no deberían, aprovechándose de la opacidad y permisibilidad. Por ejemplo, los subsidios al carbón o la industria. También se están pagando todavía las renovables, en especial la fotovoltaica.
La subida afectará especialmente a los hogares con PVPC (Precio voluntario pequeño consumidor) y se prevé que un usuario medio (366 kWh de consumo y 4,4 kW de potencia contratada) pagará aproximadamente, 79,36 euros, frente a los 76,71 euros de noviembre de 2016. La subida interanual representa un 3,5%.
Desde la Unión de consumidores de Asturias, criticamos la puesta en marcha de un nuevo bono social que limita aún más los usuarios a los que puede beneficiar y no cubre las necesidades de los hogares más pobres.
El nuevo bono social, le sale gratis a las eléctricas del oligopolio y les generan beneficios, al desaparecer la bonificación por tener menos de 3 kilovatios de potencia como hasta ahora, que beneficiaba a más de 2.000.000 de consumidores en España.
Es absolutamente necesario que se aplique una reforma en profundidad del mercado eléctrico, revisando los conceptos fijos de las tarifas eléctricas y reduciendo la fiscalidad de este suministro básico aplicando el IVA súper reducido.
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